6 motivos para la NO renovación metodológica


(publicado por Ángel Fidalgo en http://innovacioneducativa.wordpress.com/)

Seis motivos para la NO renovación metodológica.

Por: Angel Fidalgo sobre metodologías educativas

En la formación, al igual que en otras áreas, las metodologías van evolucionando, se mejoran y surgen nuevas metodologías (conductismo, constructivismo, conectivismo,….). Sin embargo, hay dos velocidades; una es la metodológica; o mejor dicho “la teoría pedagógica”, que como todas áreas evoluciona. La otra velocidad es lo que habitualmente aplicamos en nuestras aulas, siempre son las mismas metodologías; utilizamos las mismas durante siglos (un poco mejoradas; por ejemplo, hace un milenio la lección magistral se impartía con la ayuda de una hoja enrollada que hacía las veces de altavoz; ahora sin embargo utilizamos presentaciones en ordenador como apoyo a la lección magistral).

La “aparición” del ordenador revolucionó la sociedad, ya que era una máquina especial: “trabajaba con información”; trabajo éste reservado a los humanos hasta ese momento.

Cada área de conocimiento se apresuró a introducir el ordenador en sus procesos y métodos; hoy en día sería difícil imaginar la banca, el transporte, la medicina, la comunicación, el hogar (todos los electrodomésticos tienen pequeños ordenadores para su control), el ocio y la gestión en general, sin ordenadores.

Sin embargo, en los procesos y metodologías formtivas, parece que los ordenadores no se han introducido como en otros campos; sus principales motivos:

Primer motivo (en los años 80). El ordenador, recurso muy caro (y raro).

Al igual que en otras áreas, en la educación se realizaron experiencias y pilotos para utilizar el ordenador como ariete para renovar las metodologías docentes. Los resultados parecían bastante prometedores; sin embargo había un problema: El ordenador era muy caro y pocas instituciones formativas se podían permitir adquirir uno. Por tanto la renovación metodológica tenía que esperar, al menos hasta que los ordenadores se abarataran lo suficente.

El ordenador se abarató más rápidamente de lo previsto. ¿Y qué pasó?. Que al aumentar la potencia de los ordenadores y disponer de capacidades multimedia nos dimos cuenta que la verdadera renovación vendría por los multimedia educativos.

Segundo motivo (años 90). El CD-ROM, un recurso poco extendido y escasez de contenidos digitalizados.

Los multimedias educativos podían integrar imágenes, videos, textos, gráficos, simulaciones, bases de datos; y todo ello relacionado de forma hipertextual o hipermedia. Se presentaron numerosas experiencias y todas ellas parecían apuntar a que con los multimedias educativos por fin se renovarían las metodologías docentes. Sin embargo, había pocas unidades instaladas; la tecnología era cara (los lectores y reproductores) y no había casi nada de contenidos digitalizados; por tanto, habría que esperar a que hubiese contenidos digitalizados; por tanto hasta que este problema no se resolviera, tendríamos que seguir esperando.

Se digitalizaron contenidos (muchos) y el CD-ROM se instaló no sólo en los colegios, sino en los hogares,  ¿y qué pasó?.

Pues que aparece Internet y nos dimos cuenta que la verdadera renovación vendría por la implantación de Internet en la sociedad.

Tercer motivo (finales de los 90). Internet está poco extendido y se tarda mucho en acceder a contenidos multimedia.

Internet nos permitía un acceso más libre a los contenidos, hipermedias y demás; pero también nos permitía estar conectados y comunicados. “La libertad” gritaron muchos; por fin podemos eliminar barreras espaciales y temporales; el acceso universal al conocimiento. La verdad es que si eso no renovaba las metodologías, no sé qué sería capaz de renovarlas.

La visión era común; todo el profesorado apostaba por la renovación de las metodologías a través de Internet. También se estaba de acuerdo que hasta que Internet no estuviese más implantado y con un “ancho de  banda mayor” no se podría hacer la deseada renovación metodológica.

Internet está implantada en la sociedad (tanto el profesorado como el alumnado lo utiliza habitualmente) y con un ancho de banda más que aceptable, ¿y qué pasó?

Que nos dimos cuenta que el problema para la renovación metodológica no estaba en las tecnologías; era un problema (bendito problema por cierto) que nace con la sociedad industrial y se acentúa con la sociedad de la información. La masificación de las aulas.

Podremos renovar las metodologías si:

Conocemos las distintas metodologías (docencia, aprendizaje,…)

Conocemos las tecnologías; por tanto, cuando se “desmasifiquen” las aulas podremos renovar las metodologías

Cuarto motivo (cerca del 2000). La masificación de las aulas.

No cabe duda que poca renovación puedo hacer ante aulas de 200 alumnos, desde luego si alguien trata de seguir un paradigma basado en aprendizaje (centrado en el alumno), tendrá bastantes problemas; así pues, mejor que se adapten los alumnos al profesor. Este era el pensamiento generalizado.

Desgraciadamente la matricula en la Universidad está bajando, el ratio profesor – alumno es el más grande de las últimas décadas; el profesorado más antiguo no se lo cree: clases con 5 alumnos matriculados.

Ya no hay masificación ¿y ahora qué?.

Pues que tenemos otro problema serio, el nivel de preparación de los alumnos que entran en la universidad. ¿Cómo vamos a conseguir hacer algo con la preparación con la que entran?.

Quinto motivo (de hace unos días). El nivel de preparación.

Como es un motivo actual, desconozco a qué estamos esperando (supongo que no esperaremos a que mejore el nivel, lo digo por los datos de los informes PISA). Así pues diré lo que opino.

Tenemos un sistema educativo (del cual la universidad forma parte) que dice que los alumnos que nos llegan están preparados para entrar en la universidad; por tanto, no tenemos que preguntarnos con qué nivel llegan, sino trabajar con ellos, adaptarnos y darles una formación de calidad.

Sexto motivo (aparecerá con el tiempo). El escaso valor “profesional-oficial” de la renovación metodológica.

Es sabido que quien renueva las metodologías e innova en la formación lo hace por voluntarismo, no es que el profesorado que innova sea altruista, es que no le queda más remedio. Si investigas y publicas se reconoce y se recompensa. Si “renovas e innovas” ni se reconoce ni se recompensa, tal y como dicen los mohicanos.

Este motivo es hoy una realidad, lo mismo que fueron los otros en su tiempo, espero que se resuelva igual que los otros.

Comprendo que este post es muy largo, y amig@ lector@ agradezco que haya llegado hasta aquí; y como ha llegado le diré la razón por la que escribo este post:

No creo que haya motivos para no innovar; al contrario, siempre tendremos un motivo para innovar: NUESTROS ALUMNOS.

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